Los accidentes de camiones pueden ser más graves que los de turismos debido a su mayor tamaño. A menudo implican lesiones más graves y más daños.
Según el Consejo Nacional de Seguridad, los accidentes de camiones grandes comprenden 9% de automóviles que se ven envueltos en accidentes mortales. Los implicados en tales accidentes pueden sufrir una amplia gama de lesiones, como quemaduras, conmociones cerebrales, fracturas óseas y daños en la médula espinal. Las lesiones cerebrales traumáticas son una forma de daño que puede pasar desapercibida a menos que una persona conozca las señales y esté atenta a ellas después de un accidente de camión.
Un signo de una LCT oculta es la sensibilidad repentina a la luz o al sonido. Los cambios en el funcionamiento de los sentidos también son una señal. La borrosidad, el zumbido de oídos y la pérdida del sentido del gusto y el olfato también pueden ser señales de una LCT.
Los afectados por una LCT no descubierta pueden tener dificultades para concentrarse, mantener el equilibrio o hablar. Pueden sufrir pérdidas repentinas de memoria o niebla mental. También pueden experimentar un cambio repentino de humor y emociones.
Los dolores de cabeza, especialmente los persistentes o los que se repiten con frecuencia, son un importante indicador de que algo va mal. El dolor puede ir acompañado de náuseas, mareos y pérdida del conocimiento durante breves periodos.
Muchas personas se niegan a recibir tratamiento médico adecuado tras un accidente porque no perciben daños significativos. Sin embargo, la falta de signos visibles no excluye la existencia de lesiones internas que sólo pueden manifestarse horas, días o incluso semanas después, cuando el daño puede ser peor o irreparable. Es imperativo buscar atención médica después de un accidente y si se experimenta alguno de los síntomas descritos, incluso si previamente se ha descartado la existencia de lesiones. Para quienes se preocupan por los costes, los lesionados en accidentes pueden reclamar compensación en muchos casos.
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