Los vehículos más grandes suponen un riesgo en la carretera. Este riesgo no es necesariamente para los que van dentro de estos vehículos, sino para los que están a su alrededor. Se ha descubierto que los vehículos más grandes tienden a causar más lesiones e infligir más daños.
La razón general es simplemente la física implicada en un accidente de tráfico. Pero desglosemos algunos de los detalles para que los conductores puedan comprender mejor los riesgos a los que se enfrentan.
En primer lugar, los vehículos más grandes suelen pesar más. En cualquier colisión entre dos objetos, el objeto con mayor masa va a transferir más energía al otro objeto. En un accidente de coche, esta transferencia de energía significa que los ocupantes de un vehículo más pequeño podrían sufrir lesiones más graves.
La segunda cuestión es que estos vehículos suelen ser más altos. Cuando dos vehículos chocan entre sí, suele ser lo más seguro para todos los ocupantes. Pero si un vehículo es lo suficientemente alto como para deslizarse sobre el capó del otro, puede provocar un accidente mucho más peligroso, conocido como colisión por alcance.
Por último, los vehículos más grandes tienen a veces grandes ángulos muertos que pueden ocultar los coches que los rodean. Puede que esto no aumente la gravedad de un accidente, pero puede retrasar las reacciones y provocar directamente que se produzca el accidente. Los puntos ciegos suelen ser un problema importante con los semirremolques en las carreteras interestatales, por ejemplo.
Las personas que han sufrido lesiones graves en accidentes de tráfico necesitan saber cómo buscar una compensación económica de las partes responsables. Esta indemnización puede utilizarse para ayudar a cubrir el coste de las facturas médicas, los salarios perdidos y mucho más.
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