Darse cuenta de que la residencia de ancianos de su ser querido no le atiende adecuadamente es desgarrador. Después de todo, se supone que es un refugio en sus últimos años, cuando son más vulnerables.
Si su ser querido necesita cuidados las 24 horas del día, la negligencia es una forma de maltrato que suele afectar negativamente a su bienestar. Por ejemplo, la negligencia puede provocar úlceras de decúbito cuando los residentes permanecen en una posición fija durante un tiempo excesivo porque no pueden cambiar de posición de forma independiente.
Permanecer en una posición fija puede ejercer presión sobre la piel y cortar el riego sanguíneo. Cuando esto ocurre durante un periodo prolongado, pueden aparecer escaras, también conocidas como úlceras por presión. Lo que empieza como una zona roja y dolorosa acaba volviéndose morada a medida que la piel muere. En última instancia, la piel puede romperse, dando lugar a una herida similar a una úlcera.
Las escaras se producen principalmente en la parte posterior de la cabeza, los omóplatos o las nalgas, dependiendo de la postura que se haya adoptado durante un tiempo considerable.
Si una úlcera de decúbito se deja desatendida, puede extenderse al músculo o al hueso. También pueden desarrollarse infecciones en el lugar, y en casos extremos, puede provocar sepsis que puede ser mortal. Aunque las escaras son tratables, cuanto antes reciba atención médica su ser querido, mejor.
Es crucial evaluar a fondo la salud física de su ser querido cada vez que lo visite. Las úlceras de decúbito pueden indicar negligencia por parte de la residencia, y si tu ser querido es una víctima, tienes que protegerle.
Encontrar un centro alternativo para ellos puede ser un buen punto de partida. Pero, incluso entonces, debe exigir responsabilidades a la residencia negligente y conseguir que su ser querido... la justicia que merecen.
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