Independientemente de si la familia de un residente lo visita con regularidad, las residencias de ancianos deben mantener a los residentes seguros. Sin embargo, las residencias no siempre cumplen con sus obligaciones. Un problema grave puede pasar desapercibido hasta que un visitante se da cuenta.
Por desgracia, visitar a su ser querido puede no ser siempre posible. Por ejemplo, el Departamento de Salud New Mexico ha decidido temporalmente limitar las visitas a residencias de ancianos para proteger a los residentes y al personal del brote de COVID-19. Las familias pueden estar preocupadas por lo que estas restricciones podrían significar para sus seres queridos.
Las familias de los residentes en residencias de ancianos suelen encontrar consuelo visitando a sus seres queridos. Además de ver a su ser querido, las familias pueden supervisar su estado de salud y la calidad de la atención del personal.
Algunos de los problemas que pueden identificar los visitantes son
Si detecta un problema, puede hablar en nombre del residente, sobre todo si éste no puede hacerlo por sí mismo. A continuación, puede colaborar con la residencia para corregir el problema antes de que perjudique al residente. Si el residente ya ha sufrido una lesión, puede exigir responsabilidades a la institución por daños y perjuicios mediante una demanda.
Es posible que se preocupe por su ser querido si ya no puede visitarlo debido a la nueva restricción. Además de los riesgos habituales de negligencia y abuso, los residentes también pueden enfrentarse a la posibilidad de una infección vírica.
Es una época compleja, pero la ley sigue vigente. Los hogares de ancianos deben cumplir las leyes que protegen la seguridad y el bienestar de los residentes. Si sospecha que una residencia de ancianos está perjudicando intencionadamente o por negligencia a su ser querido, infórmese sobre cómo buscar justicia en su nombre.
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