Conocer las señales del maltrato en residencias de ancianos puede salvar a su ser querido

Cuando alguien cercano a usted se traslada a una residencia de ancianos, es posible que se vea liberado de llevarle a las citas con el médico, ir a por la compra o ayudarle con otras tareas domésticas. Aun así, sigue llamándoles y visitándoles siempre que sea posible. Pero este sistema es bueno para todos, ya que garantiza la asistencia a su amigo o familiar mayor, incluso cuando usted no pueda estar allí para ayudarle.

Por desgracia, son muchos los casos de maltrato y abandono de ancianos que se producen en residencias de ancianos de todo el mundo. De hecho, 2 de cada 3 empleados de residencias de ancianos y centros de cuidados de larga duración admitieron haber cometido abusos en 2017. Y por si este dato no fuera suficientemente preocupante, la Organización Mundial de la Salud informa de que es probable que muchos casos no se denuncien. Lamentablemente, muchos ancianos no se sienten cómodos contando su situación al personal, a la policía o a su familia. Para asegurarse de que las personas mayores de su entorno no sufran daños ni vivan en condiciones inseguras, es fundamental que esté en contacto con ellas y conozca las señales de advertencia de los malos tratos.

He aquí cuatro señales a las que hay que prestar atención:

1. Lesiones físicas: Tome cualquier golpes, moratones o cortes que note Pueden ser señales de que alguien está haciendo daño físico a su ser querido. La negligencia también puede provocar dolencias físicas. Por ejemplo, úlceras por decúbito debidas a la falta de movimiento, deshidratación o pérdida de peso por negar a la persona la posibilidad de comer y beber, y síntomas de abstinencia de medicamentos.
2. Mala higiene:  Cuando un ser querido parece tener el pelo desordenado, la ropa sucia, el olor corporal o el aliento malolientes, es posible que esté sufriendo un abandono.
3. Espacio sucio:  Si puede visitar a su ser querido en su habitación individual o apartamento, examine la limpieza del espacio. ¿Están sus pertenencias organizadas o desparramadas? ¿Las superficies están sucias y polvorientas o limpias?
4. Cambio de humor:  Un desinterés repentino o incluso gradual por las actividades que antes disfrutaba su ser querido es probablemente también un signo de maltrato o negligencia. Tanto el maltrato físico como el el abuso verbal puede causar miedoansiedad y/o depresión.

Es posible que el moratón que observas en el brazo de tu amigo o familiar se deba a un inocente accidente o que su camisa esté sucia porque se le ha derramado el desayuno. Pero no está de más echar un vistazo más de cerca. Demasiadas personas vulnerables sufren malos tratos y hay profesionales del Derecho que pueden ayudarles a recibir justicia.