La función principal de una residencia de ancianos es mantener a salvo a sus residentes. Sin embargo, algunas residencias deciden que la forma más fácil de hacerlo es limitar las actividades de los residentes. Piensan que alguien que se pasa el día sentado frente al televisor o tumbado en la cama es más fácil de vigilar y tiene menos probabilidades de caerse y lesionarse.
Garantizar la salud y el bienestar de los residentes exige mucho más, y la falta de actividad puede ser perjudicial para su salud.
También necesitan utilizar su cuerpo para evitar el deterioro muscular. La normativa federal exige "un programa continuo de actividades diseñado para satisfacer... los intereses y el bienestar físico, mental y psicosocial de cada residente".
Disponer de actividades es una cosa. El personal también debe animar y ayudar a todos los residentes a participar.
Los nuevos residentes, en particular, pueden sentirse tímidos o avergonzados o querer encerrarse en su habitación mientras luchan por aceptar su falta de independencia. El personal no puede obligar a las personas a participar, pero debe hacer todo lo posible para que lo hagan.
No lo deje pasar si se da cuenta de que su progenitor no está recibiendo la actividad, estimulación o atención que necesita. Usted está pagando un hogar para que cuiden bien de ellos, y si no lo hacen, puede tener motivos para presentar una demanda de negligencia en residencias de ancianos. Conocer sus opciones legales puede ayudar a sus padres a recibir el trato que merecen en sus últimos años.
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