Los accidentes de tráfico siguen siendo mortales a pesar de las nuevas tecnologías de seguridad

Los residentes en New Mexico deben saber que, a pesar de los avances en tecnología de seguridad, los índices de siniestralidad automovilística siguen en máximos históricos. Según cifras preliminares del Consejo Nacional de Seguridad, Estados Unidos podría registrar pronto más de 40.000 víctimas mortales en accidentes de tráfico por tercer año consecutivo. Sin embargo, parece que se ha alcanzado un efecto meseta en comparación con los fuertes aumentos registrados en los dos años anteriores.

Según el NSC, 18.720 personas murieron en las carreteras de Estados Unidos entre enero y junio de 2018. Esta cifra representa 50 muertes menos que en los seis primeros meses de 2017. Los expertos afirman que varios factores contribuyen a estas elevadas cifras, en particular comportamientos negligentes o imprudentes como la conducción distraída, el exceso de velocidad, el descuido del cinturón de seguridad y la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas.

El abaratamiento de la gasolina y el crecimiento de la economía han provocado también un aumento del número de kilómetros que los vehículos recorren cada año. Este fue otro factor que contribuyó al aumento de las muertes en carretera y autopista. Sin embargo, las cifras no son tan elevadas como a principios de la década de 2000.

Las nuevas tecnologías de seguridad, como los sistemas de advertencia de salida del carril y el frenado automático, están cada vez más disponibles en los vehículos más nuevos. Las cámaras de visión trasera son ahora obligatorias en todos los vehículos nuevos de Estados Unidos. Sin embargo, estas mejoras pueden tardar años en llegar al propietario medio de un vehículo.

La buena noticia, según la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carretera, es que cada vez hay menos personas que envían mensajes de texto y conducen. Sin embargo, muchos accidentes de tráfico siguen ocurriendo porque la gente no puede separarse de sus teléfonos. En estos casos, las víctimas pueden presentar una demanda por lesiones y ser indemnizadas por sus gastos médicos, los costes de reparación del vehículo y otras pérdidas. Un abogado podría contratar investigadores para obtener una copia del informe policial, así como los registros telefónicos del acusado. Con la ayuda de un abogado, las víctimas pueden proceder a negociar y litigar si no se llega a un acuerdo.