Los peligros de las residencias de ancianos pueden aumentar por falta de estudios puntuales

En New Mexico y en todo Estados Unidos, muchas cosas han cambiado desde que la situación sanitaria actual pasó a primer plano a principios de 2020. Esto ha dado lugar a retos y problemas que normalmente se habrían abordado mediante la supervisión habitual. Las residencias de ancianos se han visto directamente afectadas no sólo por los problemas de salud de los residentes, la imposibilidad de ver regularmente a sus familiares y el aislamiento, sino también por los cambios fundamentales en las encuestas diseñadas para hacer un seguimiento y abordar los problemas. Esto debe tenerse en cuenta cuando se cree que un ser querido ha sido víctima de negligencia o abuso en una residencia de ancianos.

Más de siete de cada diez residencias de ancianos no fueron encuestadas durante al menos 16 meses

Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. dice que más de 10.900 residencias de ancianos de EE.UU. no realizaron encuestas normales en los 16 meses anteriores al 31 de mayo de 2021. Eso representó 71% de hogares de ancianos. La Oficina del Inspector General (OIG) dice que las encuestas se utilizan para determinar dónde los hogares de ancianos están teniendo problemas y cómo pueden mejorarlos. El último informe de diciembre de 2020 indicaba que 8% de las residencias estaban atrasadas y no habían sido objeto de una encuesta en los 16 meses anteriores a junio de 2020. Los retrasos han aumentado exponencialmente en menos de un año.

El peor estado en cuanto a encuestas fue Connecticut, con ocho de 209 centros en los que se habían realizado. El 88% de las residencias de ancianos de California carecían de encuestas en ese periodo. A nivel nacional, el retraso pasó de 22% en algunos estados hasta 96%. Esto está en marcado contraste con abril de 2020, cuando hubo un aumento de 132% en las encuestas y un enfoque específico en el control de infecciones. Las directrices federales exigen que los estados realicen estas encuestas al menos una vez cada 15 meses. Las encuestas incluyen inspecciones personales. Éstas pueden ser vitales no sólo para cumplir las normas, sino para garantizar la seguridad y el cuidado adecuado de los residentes.

Las familias deben estar alerta ante posibles malos tratos y errores en residencias de ancianos

Al ingresar a un ser querido en una residencia de ancianos, los familiares lo hacen bajo el supuesto de que recibirá los cuidados y el tratamiento adecuados. Desde luego, no esperan que haya negligencia, negligencia y abusos en residencias de ancianos. Por desgracia, ocurre incluso en las mejores circunstancias. Cuando los organismos obligados a hacer un seguimiento de las residencias de ancianos, inspeccionarlas y abordar los problemas ven limitada su capacidad para hacerlo, se deja la puerta abierta a que los miembros del personal eludan sus responsabilidades y cosas peores. Si existen pruebas de que un ser querido ha sufrido abusos o cualquier forma de maltrato, es importante contar con asesoramiento sobre los pasos a seguir para exigir responsabilidades al centro y a su personal.