Uno de los retos a los que se enfrentan las residencias de ancianos es que los residentes a veces se alejan del centro. Esto puede ser muy perjudicial para su salud, ya que podrían confundirse y no tener ni idea de cómo volver a la residencia para recibir los cuidados que necesitan.
Por ejemplo, quienes padecen demencia o Alzheimer a veces no entienden por qué viven en la residencia. Pueden pensar que simplemente intentan volver a casa, aunque lleven meses o incluso años sin vivir en su propio hogar. Pero esto puede llevarles a deambular, por lo que es necesario establecer medidas de seguridad para evitarlo.
Hay muchas cosas sencillas que las residencias de ancianos pueden hacer para evitar la deambulación, como cerrar con llave las puertas que requieran un código, poner cámaras en las zonas comunes o espacios exteriores para ver si alguien sale de las instalaciones o simplemente exigir a los cuidadores que realicen comprobaciones rutinarias según un horario establecido.
En algunas situaciones, las cosas son lo suficientemente preocupantes como para que una residencia de ancianos quiera incluso recurrir a un sistema de vigilancia del tobillo. Estos monitores pueden ayudar a rastrear a los residentes que han salido y alertar a los cuidadores en cuanto abandonan las instalaciones. No se trata de un sistema infalible, ya que se han dado casos de personas que se han ausentado llevando monitores de tobillo, pero es un nivel más de seguridad.
Si su ser querido ha sido descuidado y no se le ha dado la seguridad adecuada, lo que le ha provocado lesiones y otras complicaciones, asegúrese de saber qué opciones legales hay que responsabilizar a sus cuidadores.
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