El mayor temor de muchas personas cuyos padres se encuentran en las primeras fases de la demencia es que mamá o papá deambulen. Esto puede ocurrir si aún viven en casa o si están al cuidado de un centro de atención a mayores. En este último caso, es posible que el personal no sea consciente de la deambulación o que no se lo tome en serio.
No obstante, según los expertos, seis de cada 10 adultos con algún tipo de demencia deambularán, desorientándose incluso cuando se encuentren en entornos familiares como su casa (por ejemplo, queriendo volver a casa cuando están en casa). Puede que no recuerden su dirección o que se convenzan de que viven en una casa en la que vivieron en un momento anterior de su vida. Sean cuales sean las circunstancias, puede haber llegado el momento de hacer cambios en sus cuidados.
Aunque no cabe duda de que la negligencia puede entrar en juego, hay formas de reducir las posibilidades de que esto ocurra:
Los seres queridos deben planificar las incidencias que se producen cuando un adulto mayor desaparece. Mantenga una lista de personas a las que llamar para pedir ayuda y de lugares a los que puede ir el adulto desorientado. Si sigue conduciendo, considere la posibilidad de utilizar un dispositivo GPS para seguir sus movimientos. Si desaparece durante más de 15 minutos, llame al 911 y dígales que la persona perdida tiene demencia.
Esto es una pesadilla para quienes cuidan de sus padres. También es un lapsus imperdonable si están al cuidado de profesionales contratados para cuidarlos. Aunque New Mexico es un lugar seguro para vivir, es grande y el clima puede ser implacable, lo que significa que el adulto con demencia perdido corre el riesgo de sufrir una lesión grave.
Los campos marcados con un "*" son obligatorios