La razón por la que las investigaciones por malos tratos en residencias de ancianos han disminuido en New Mexico

Las personas que viven en residencias de ancianos y otros centros de cuidados de larga duración a menudo no pueden defenderse de los malos tratos del personal. Tampoco pueden alertar a alguien de que han sido maltratados. A menudo, los residentes vulnerables de residencias de ancianos deben confiar en que sus hijos u otros familiares se percaten de los signos de maltrato y alerten a la División de Servicios de Protección de Adultos del New Mexico, que investiga esas denuncias.

Sin visitas familiares hay menos denuncias por malos tratos

Sin embargo, este sistema de investigación de los malos tratos en función de las denuncias de los familiares se ha venido abajo debido a la pandemia de COVID-19. El gobernador de New Mexico suspendió las visitas de los familiares a los centros de cuidados de larga duración en marzo y sólo levantó parcialmente la prohibición en agosto. No es de extrañar que el número de denuncias a la División de Servicios de Protección de Adultos cayó bruscamente durante esos cinco meses.

Cada mes, de enero a marzo, la agencia inició una media de 459 investigaciones sobre posibles abuso o negligencia en residencias de ancianos. Entonces se prohibieron las visitas a residencias de ancianos. En abril, la agencia inició sólo 294 denuncias de malos tratos. En mayo, la cifra subió ligeramente a 332.

Los funcionarios dudan de que esta primavera haya habido realmente menos incidentes abusivos o negligentes en las residencias de ancianos del New Mexico. Por el contrario, creen que la falta de visitas familiares ha eliminado la principal fuente de información que conduce a la presentación de denuncias. Mientras se suspenden las visitas, disminuyen las posibilidades de que se denuncien hechos como lesiones inexplicables o comportamientos repentinamente temerosos del residente.

Hacen lo que pueden para ver cómo están sus familiares

Las familias han hecho todo lo posible por mantenerse en contacto con sus parientes en residencias de ancianos mediante llamadas telefónicas y videoconferencias, pero nada puede sustituir a las visitas en persona para descubrir indicios sospechosos de posibles malos tratos. Ahora que las visitas vuelven a estar permitidas, al menos en determinadas circunstancias, cabe esperar que el número de investigaciones vuelva a aumentar.

Si bien puede depender de usted notar señales de que su ser querido ha sido abusado, no tiene que buscar justicia por su cuenta. Un abogado que represente a víctimas de abusos en residencias de ancianos trabajará para poner fin a los abusos y responsabilizar a los propietarios del centro.